Los lavarropas automáticos funcionan “solos”. Una vez que el usuario selecciona el programa de lavado, el equipo hace el resto: lava, enjuaga, centrifuga, etc. Los más modernos cuentan con ciclos de lavado corto, que duran entre 15 y 40 minutos, y también específicos para prendas delicadas.
El lavarropas semiautomático, por su parte, necesita que cada etapa del lavado sea activada de manera manual, lo que obliga al usuario a estar pendiente de cada paso a seguir (presionar un botón para lavar, luego para enjuagar, etc.). Además, no trae programas ya configurados; su ventaja está en el precio, ya que es mucho más económico.
Los lavarropas industriales son un capítulo aparte, ya que, como indica su nombre, están pensados para industrias o grandes comercios, por eso pueden lavar alrededor de 10 kilos de ropa en un solo lavado.
Lavarropas carga superior vs. carga frontal
La principal diferencia entre la carga frontal y la superior está en el tamaño del equipo: los de carga frontal suelen ser más grandes, sobre todo en lo que al ancho se refiere. Además, ocupan más espacio porque hay que considerar que la puerta abre hacia un costado.